domingo, 20 de diciembre de 2009

Con la jefatura de Alfonso Cano hay un cambio de estrategia en las FARC / Entrevista a Adam Isacson


Yásser Gómez
20/12/09


Las bases militares norteamericanas instaladas en Colombia, la resistencia -con golpe de Estado incluido- de los EE.UU. a no dejar su base de Palmerola en Honduras, coloca en alerta a los pueblos de América Latina ante las pretensiones del Imperio para ocupar nuestro territorio. En este contexto, el Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos (CIDDHH) organizó en Lima la conferencia: Cooperación Militar de EE.UU. en América Latina. Implicancias Regionales. Por eso, entrevistamos al expositor Adam Isacson, especialista en asuntos de seguridad y política norteamericana hacia Colombia y director del Programa para la Desmilitarización de América Latina en el Centro de Política Internacional.

- Las siete bases militares norteamericanas en Colombia ¿Es una apuesta de los EE.UU. ante el fracaso de los planes Colombia y Patriota o es la simple continuación de su política en Colombia?
- Es el derecho de tener espacio aparte en siete bases colombianas que ya existen, en esas bases van a estar compartiendo todo con el ejército colombiano. Son varias cosas. Primero, empezaron buscando un reemplazo para Manta, que estaban usando para monitorear el narcotráfico en el Pacífico, pero resulta que las bases que acaban de instalar en Colombia no cumplen las funciones de Manta, no hacen nada para monitorear el Pacífico. Según tengo entendido están profundizando la cooperación militar, están ampliando la misión para combatir el narcotráfico y a las FARC, ayudar a Colombia a enfrentar cualquier amenaza que ambos países enfrentan, que puede incluir Venezuela. El gobierno de Alvaro Uribe tuvo la iniciativa de invitar a los EE.UU. que había expresado interés en Palanquero para instalar las siete bases por diez años, pensando más que nada en tratar de disuadir un ataque de Venezuela, así lo piensa el gobierno de Colombia. Por eso el lenguaje tan vago del acuerdo sobre la nueva misión, EE.UU. ha ampliado el convenio con Colombia sin haberlo debatido, ni realizado con transparencia. Entonces, sí es como una nueva etapa del Plan Colombia, no es una respuesta al fracaso, más bien es una profundización de lo que ya están haciendo. Es una continuación y es un paso más para la contrainsurgencia e internacionalizar el conflicto colombiano. No es como EE.UU. se ha comprometido a combatir del lado de tropas colombianas en la eventualidad de un conflicto con Venezuela, pero sí es como dice el lenguaje, casi una garantía de defensa mutua.

- Como lo hizo con el ataque a Sucumbíos. EE.UU. lo que intenta es expandir la guerra interna colombiana a toda la región. Para que sirva como argumento en diversos tipos de enfrentamiento que se presenten...
- En esos enfrentamientos, Venezuela y Ecuador dicen que su soberanía es lo que importa y que Colombia no hace nada para detener la presencia de grupos armados colombianos en su territorio. Pero lo que hemos visto es que los EE.UU. toma posición del lado de Colombia en este debate, diciendo que Colombia tiene la razón y vamos a hacer desde esas bases vuelos de reconocimiento y de inteligencia. Insisten en que van a ser siempre del lado colombiano de la frontera, pero seguro que una de las zonas que más van a monitorear son las fronterizas, recogiendo inteligencia aérea.

- Según un informe de la Corporación Arcoiris de Colombia existe un Plan Renacer de las FARC, que se lanzó después del ataque a Sucumbíos y de la muerte de Manuel Marulanda ¿Qué información manejas tú?
- Es difícil saber exactamente que tan coherente es, pero seguro que cuando murió Marulanda y lo reemplazó Alfonso Cano. En los últimos años de Marulanda las FARC estaban bajo el liderazgo, de un gran líder que estaba inconsciente la mayor parte del tiempo, estaba con el piloto automático. Y con la jefatura de Alfonso Cano en las FARC ya hay un cambio de estrategia. Lo que están haciendo ahora mayoritariamente es alejarse un poco del ejército, dejando campos minados, poniendo francotiradores, realizando emboscadas de vez en cuando en unidades pequeñas, vistiéndose más de civil, menos de uniforme e incrementando el ritmo de ataques pequeños, han habido como dos ataques grandes con cientos de hombres en lo que va del año, que no es un gran incremento al de los años pasados. Lo que ocurre es que el ejército ya no los encuentra, ya no le ocasiona muchas bajas. En zonas como Cauca, Nariño y partes de Antioquia, realmente el ritmo de su acción ha aumentado mucho. Esta pasando lo mismo con los ex paramilitares -no sé como se llaman hoy- pero como dice la Corporación Arcoiris hay alrededor de 10 mil de ellos y están creciendo más rápido que la guerrilla.

- Estos paramilitares -después del supuesto desarme- se han convertido hoy en ejércitos privados...
- Ha habido desarme, pero los mandos medios viejos y algunos de los narcotráficantes ligados al Cártel del Norte del Valle y otros han recompuesto grandes ejércitos privados, que hacen un poco de narcotraficantes, de intimidación de líderes locales, normalmente no combaten al ejército y manejan corredores del tráfico de drogas. Su crecimiento ha sido exponencial y se están enriqueciendo rápidamente, pero gran parte de la violencia en zonas como Medellín y Córdoba se debe al hecho de que ellos se están peleando entre sí, porque sus máximos líderes han sido extraditados, están peleando para dominar los corredores de droga. Por ejemplo en Medellín la tasa de homicidios se duplicó gracias a ellos y no por la guerrilla.

- A fines de los noventa durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana se cedió a la guerrilla la zona desmilitarizada San Vicente del Caguán y se realizó negociaciones para un Acuerdo de Paz. En el gobierno de Uribe que está por culminar o en el próximo que lo más probable es que sea alguien de su propio partido ¿Hay condiciones para reiniciar las negociaciones entre las FARC y el gobierno?
- Esta muy lejos. Claro que el gobierno de Uribe no tiene intención de iniciar negociaciones con ningún contenido político, ellos sólo quieren hablar en términos de rendición. Mientras que las FARC no está muy cerca de ese tipo de discusión, siguen con 9 mil hombres y con gran presencia. Para las FARC negociar sigue siendo una manera de llegar al poder, pero negociar para ser un partido sólo y con poco apoyo, no es algo que está en sus planes. Además entre la Corte Penal Internacional y la Ley de Justicia y Paz, hay muchos líderes de las FARC que enfrentan acusaciones creíbles de haber cometido crímenes de lesa humanidad y no creo que ninguno de ellos vaya a entregar su arma para pasar varios años en la cárcel como hizo el paramilitar Salvatore Mancuso. Entonces, las posibilidades por una negociación en el corto o mediano plazo son muy pequeñas.

- En los EE.UU. el Partido Demócrata tiene una doble cara, por ejemplo con Nancy Pelossi y un discurso antiguerra ganaron la mayoría en la Cámara de Representantes ante el Partido Repubicano, pero después terminaron apoyando la guerra. Esa misma política seguirá a nivel internacional, cuando por ejemplo Barack Obama con su discurso rechaza el Golpe de Estado en Honduras y al mismo tiempo su gobierno reconoce al régimen de Micheletti y acepta las elecciones realizadas bajo el golpe...
- El Partido Demócrata no tiene la misma coherencia ideológica que el Partido Republicano, es una bestia con varias cabezas. Y el partido en el Congreso es mucho más de izquierda que el gobierno de Obama. A nivel doméstico en sus paquetes económicos, sus reformas en el sistema de salud han ido bastante a la centroizquierda e izquierda. Pero en su política exterior, hablo de Copenaghue, minas terrestres, Plan Colombia, Honduras, China ha sido bastante centroderechista, pero menos loco que George W. Bush. No andan con el sueño de democratizar a todo el mundo a la fuerza de las armas como Bush, son más realistas, dicen no podemos democratizar a todo el mundo, tenemos que proteger nuestros intereses y restringirnos a eso. Pero eso implica una política exterior bastante pro statu quo y eso es lo que estamos viendo en América Latina y en otras partes del mundo. Esperamos que eso cambie un poco, que vaya un poco más en la dirección del Partido Demócrata en el Congreso. Porque hace un mes el gobierno de Obama ya tiene a su equipo para América Latina en su puesto, luego de diez meses de las trabas puestas por los republicanos en el proceso de aprobación en el Congreso. Se debe esperar que va a haber más supervisión de los diplomáticos puestos por Bush que seguían en sus puestos el 2009. Este año ha sido decepcionante, espero que el 2010 sea menos aunque no tengo grandes argumentos para sostener esa esperanza.

- Además de las acusaciones mutuas entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, de la suspensión de las exportaciones de Venezuela a Colombia y de los
enfrentamientos entre paramilitares y la guardia nacional venezolana en la frontera. Si estallase una guerra entre Colombia y Venezuela ¿Sería beneficioso para la política de los EE.UU. en América Latina?
- Una guerra entre Colombia y Venezuela no creo que beneficiaría a los EE.UU., una guerra seguro no debilitaría políticamente a Hugo Chávez, aumentaría la inestabilidad en los Andes y en todo el continente, tendría repercusiones por años, generaría muchos otros problemas. Mientras tanto las Fuerzas Armadas de los EE.UU. están agotados después de Irak y Afganistán, por lo que no pueden asumir ningún compromiso nuevo ahí, no quieren tener de que preocuparse. Es decir, una guerra entre Colombia y Venezuela, también sería una enorme señal de fracaso de la diplomacia tanto de los EE.UU. como de Brasil y de otros países importantes de la región.

- Entonces, a pesar que se pueda creer de que los EE.UU. atiza esta guerra, lo que más le importa al gobierno de Obama, sería que Colombia se reafirme en su posición de aliado del imperio en América Latina frente a Venezuela y otros países que puedan resultar de una u otra forma peligrosos.
- Sí. Creo que los EE.UU. han dado una garantía de defensa a Colombia, pero no creo que EE.UU. va a buscar agredir a Venezuela sólo por ser de izquierda o por buscar el Socialismo del Siglo XXI. Existen tres escenarios en los que los EE.UU. sí se meterían con Venezuela de verdad y los tres por el momento son hipotéticos. El primero es, si salen pruebas de que Venezuela está apoyando a las FARC, por el momento no hay pruebas de eso, pero si se descubre que como política, Chávez está armando a las FARC para matar a colombianos. Segundo, si resulta que hay una cooperación no económico, pero sí militar o de uranio entre Irán y Venezuela, EE.UU. seguramente se meterá, porque la hipótesis sería que esa supuesta bomba explotará en los EE.UU.. Tercero, sería si es que Venezuela decide agredir militarmente a Colombia. En estos tres casos si veríamos a los EE.UU. metiéndose, pero por lo demás Venezuela puede seguir comprando Sukkoi, nacionalizando sus industrias y no creo que el gobierno de Obama haría
nada.

- Pero los EE.UU. han demostrado que tienen otras formas de desestabilizar como el golpe de abril del 2002 en Venezuela...
- Sí. El golpe del 2002 realmente fue una obra del gobierno de George W. Bush, fue el error más grave, porque fortalecieron a Hugo Chávez en su puesto para siempre. Si no fuera por ese intento de golpe, no se puede haber garantizado que Chávez ganara la consulta del 2003 o las elecciones del 2006. Espero que no haya sido el gobierno de Bush, porque si fuera así ha sido una estupidez increíble. En los últimos siete años EE.UU. ha agredido a Venezuela con palabras, críticas antidrogas, con sanciones de comercio de armas que no impactan para nada. Creo que el monto de petróleo que hemos comprado de Venezuela, cancela cualquier esfuerzo de sabotaje que hubiese habido.

- Al Partido Demócrata le preocupa mucho el tema de los falsos positivos. Pero ¿Existe una oposición del gobierno de Obama contra el referendo para la re reelección de Uribe como para que cambie la intención del presidente colombiano y deje su lugar a Santos u otra persona de su partido?
- Creo que el gobierno de Obama lo ha comunicado en privado. Cuando Alvaro Uribe visitó Washington, Obama más o menos lo dijo: "En nuestro país dos períodos son suficientes". Cada comentarista, cada página editorial, cada tanque de pensamiento hasta de los más derechistas, ha dicho abiertamente que no es una buena idea la de reelegirse. Es obvio que Washington no quiere eso y que preferiría trabajar con Santos, quien tanto busca a los gringos. Pero resulta ser un asunto de política interna de Colombia, en el que los EE.UU. no puede inmiscuirse y que nunca va a haber una declaración oficial del Departamento de Estado, diciendo que es una mala idea que Uribe se lance de nuevo.

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